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domingo, 4 de mayo de 2014

Origen del Hatha Yoga


Las antiguas escuelas tántricas de la India fueron el lugar donde se desarrolló y de donde surgió lo que hoy conocemos como Hatha Yoga.

El Hatha Yoga es un desarrollo medieval. Fueron los adeptos al Tantrismo los que iniciaron la visión dinámica del universo, creando una nueva actitud hacia el cuerpo humano y la existencia física en general. En el Kula Arnava Tantra se expresa esta actitud: "¿Cómo puede lograrse el objetivo humano sin el cuerpo? De esta forma, en posesión de un cuerpo, se deben efectuar acciones meritorias (punya) (1.18)." "Entre los 840.000 tipos de seres vivos, solo a través del cuerpo humano puede adquirirse el conocimiento de la Realidad (1.14)." Dentro del Tantra, el movimiento Siddha utilizó técnicas que constituyeron mas adelante la cuna del Hatha Yoga. Especialmente las escuelas de los Nâthas, en la zona de Bengala, y de los Mahesvaras, en el Sur de la India. Concretamente, la tradición hindú asocia la creación del Hatha Yoga con Goraksha Nâtha y su maestro, Matsyendra Nâtha, hacia el siglo X d.C. El término nâtha significa señor o maestro y se refiere al yogui que disfruta tanto de la liberación como de los poderes paranormales (siddhi).

Matsyendra recogió la tradición de los Kaula y fue el creador del Nâthismo, aunque legendariamente se considera que la fuente del linaje Nâtha pertenece al mismo Shiva y a veces se le invoca como Âdinâtha (Señor Primordial). Sin embargo, la invención del Hatha Yoga se atribuye expresamente a su discípulo Goraksha, aunque bastantes prácticas de esta escuela existían desde mucho antes. A su vez, Goraksha fundó la escuela Kâmphata, que hoy en día tiene adeptos repartidos por toda la India en forma de eremitas y grupos monásticos.

Aproximadamente en el siglo VI d. c., cuando la gran influencia de los textos de dichas escuelas prevalecía en toda la India, surgió la escuela Natha. Este movimiento espiritual fue instaurado por Goraksanatha, el primer natha yogui (de maestro, señor, protector). La tradición se remonta al gurú supremo: Adinatha Isvara, natha primordial de quien procede todo el conocimiento transmitido de
maestro a discípulo. Adinatha está identificado al dios Shiva por lo que los natha yoghis son principalmente shivaístas. Las características que adoptan son la triple marca de ceniza en la frente, el tridente, el cordón sagrado negro en la cintura y los grandes aros en las orejas. Debido a los grandes abusos que en nombre de la espiritualidad se realizaban en los círculos tántricos, Goraksanatha y sus discípulos diferenciaron las prácticas de Hatha Yoga de las del tantra, separándolas de todo ritual. Así se ordenaron y sistematizaron estas antiguas técnicas que hoy conocemos como Hatha Yoga. El vocablo hatha proviene de las raíces ha y tha (sol y luna). Está referido a las dos cualidades solar y lunar del fluido o prâna vital del cuerpo. Es el yoga de la fortaleza y armonía del cuerpo. En este sentido, es el equilibrio entre la respiración solar o de la fosa nasal derecha y la respiración lunar o de la fosa nasal izquierda. Asimismo puede traducirse como la unión de las energías prâna y apana. El principal objetivo del Hatha Yoga, es lograr el máximo equilibrio entre el cuerpo físico, la mente y la energía vital, o prâna. Pretende, no sólo fortalecer el cuerpo, sino también armonizar y equilibrar todo el sistema nervioso con una serie de ejercicios en los que interviene la respiración (prânâyâma). También se incluyen determinadas purificaciones corporales (kriyâ) y trabajos gestuales (mudra). Actúa fundamentalmente sobre el cuerpo físico y la respiración, procurando una salud perfecta.

El término Hatha tomado de forma global quiere decir Ciencia de la Voluntad. Tomándolo desde su forma dual significa Ha (sol), Tha (luna). Desde el punto de vista psicológico y filosófico Ha se refiere al sol como luminaria perpetua, representando el atman (alma) que es siempre vibrante, divina y dinámica. Tha se refiere a la luna; es la luz reflejada por el sol, la conciencia, el reflejo del alma. Comprenderlo y concebirlos es el objetivo del Hatha Yoga. Los textos más significativos de este sistema aparecieron entre los siglos VI y XV de nuestra era.
  1. Goraksha Sataka (GS): escrito por Goraksanatha. Desarrolló el Sadanga Yoga o Yoga de seis pasos.
  2. Hatha Pradipika (HP): escrito por Svatmarama. Trata sobre el Caturanga Yoga o Yoga de cuatro pasos.
  3. Gheranda Shamita (GSH): de acuerdo a la forma de presentación y evolución de las posturas se cree que es posterior al Hatha Pradipika. Desarrolló el Sptanga Yoga o Yoga de siete pasos.

Otros textos posteriores y de singular importancia son: el Shiva Samhita de Shankara y el Hatha Ratnavali de Mahayogindra.

Existen diversos textos sobre Hatha Yoga, pero los más renombrados de esta tradición son el Hatha Yoga Pradipika, el Gheranda Samhita y el Shiva Samhita, los cuales tratan del fortalecimiento y la purificación del cuerpo físico; los nâdis en el denominado cuerpo sutil; la práctica de âsanas o posturas que están concebidas para estimular las glándulas, vitalizar el sistema nervioso y lograr un desarrollo psicofisiológico pleno utilizando el cuerpo y la mente como instrumentos de evolución espiritual; el prânâyâma que regula por su parte la respiración para alcanzar el dominio de la energía vital o prâna, que opera en el cuerpo y ayuda a controlar la mente; los métodos de limpieza y purificación o kriyâ y la aplicación de cierres o llaves denominadas mudras, siendo una de sus finalidades la de despertar la energía en estado latente denominada kundalini.

Además de las Yoga Upanishads, otras obras importantes atribuidas todas al yogui Gorakshason el Goraksha Paddhati, el Goraksha Shataka, el Goraksha Samhitâ, el Hatha Dîpikâ, el Jñâna Amrita, el Amanaska Yoga, el Amaraugha Prabodha y el Yoga Mârtanda.

Los textos citados en los puntos 1, 2 y 3 pertenecen a la tradición de los natha yoguis. Si bien presentan diferencias estructurales, tienen en común que de alguna forma u otra consideran la relación entre el Hatha Yoga y el Raja Yoga como un camino ascendente.

En el Hatha Yoga se comienza disciplinando el cuerpo, lo que resulta más asequible que tratar directamente con la mente. El equilibrio físico producido, otorga un nivel relajado y ecuánime.

A la inversa del Raja Yoga de Patanjali, el Hatha Yoga desarrolla el control de la mente a través de la purificación profunda del cuerpo físico y el manejo adecuado de la energía (prana). Se define al yoga de Patanjali como Ashtanga Yoga, ya que su estructura está compuesta de ocho miembros o angas. Al tercer miembro lo define como ASANA (postura física). Las asanas para Patanjalin no son las posturas físicas que conocemos en el Hatha Yoga de la actualidad, sino que son posturas de meditación: Padmasana (Loto), Sidhasana (Perfecta), Sukhasana (fácil), etc. Son posiciones que equilibran los impulsos nerviosos, las energías internas. Las posturas crean la esterilidad física y mental necesaria para tener éxito en las siguientes etapas del Raja Yoga.

En el Hatha Pradipika, asanas es considerado el primer grupo de prácticas del Caturanga Yoga. Se mencionan quince.

Asana deriva de la raíz sánscrita as: sentarse. Se debe distinguir asana como concepto y asana como técnica. Como concepto metafísico se interpreta como "establecerse en el estado original". Mientras que como técnica, su naturaleza estática denota postura o asiento cuyos efectos son estabilidad, salud y liviandad tanto física como mental. Svatmarama no enfatiza la división entre Hatha y Raja sino que destaca la relación de complementariedad entre ambos, siendo el aspecto físico y mental de una misma disciplina y considerando que uno no es posible sin el otro, hace del Hatha un medio para el Raja.

En el Gheranda Shamhita se describen treinta y dos posturas y menciona que su contribución es dar fortaleza. Un alto porcentaje de las posturas descriptas son posturas pasivas, de meditación, para el logro del crecimiento espiritual. A pesar de las supuestas diferencias entre los dos textos, ambos describen al Hatha Yoga como un camino ascendente hacia el Raja Yoga, es decir que involucra primeramente lo físico para llegar a estados más sutiles de vivencia. Las principales técnicas se encuadran en los siguientes grupos:

Técnicas de purificación
El control de la respiración (prânâyâma) es uno de los medios más directos para despertar la fuerza vital y los primeros yoguis se dieron cuenta que era preciso llevar a cabo una purificación más o menos intensa antes de emprender tal control respiratorio. En consecuencia, inventaron toda una serie de técnicas de limpieza que preparan el cuerpo para las exigencias de las etapas más avanzadas de la práctica. El Gheranda Samhita y el Hatha Yoga Pradipika citan seis técnicas (shatkarma) purificatorias distintas.

Posturas
Según el Gheranda Samhita (2.1), hay tantas posturas como números de seres vivos. Shiva enseñó ocho mil cuatrocientas posturas, de las cuales ochenta y cuatro son importantes para los yoguis y treinta y dos de ellas son las que se describen en el texto. De acuerdo con el Hatha Yoga Pradipika (1.33) sin embargo, Shiva solo enseñó ochenta y cuatro posturas siendo las más importantes cuatro posiciones de
meditación. En los manuales contemporáneos se pueden encontrar descritas alrededor de mil posturas. Algunas están diseñadas expresamente para sentarse largo tiempo en meditación, pero la mayoría persiguen regular la fuerza vital en el cuerpo para obtener equilibrio, salud y fuerza.

Sellos y cierres
Relacionadas con las posturas, se hallan los sellos (mudra) y los cierres (bandha). Los sellos son técnicas más avanzadas que las âsana, en el sentido que mezclan aspectos físicos con prácticas meditativas. Los cierres son una especie de maniobras corporales que buscan concentrar y estimular la fuerza vital dentro del tronco. El Gheranda Samhita describe veinticinco mudras y bandhas en el capítulo tercero.
El Hatha Yoga Pradipika describe tres bandhas y diez mudras. En la práctica moderna, los mudras y bandhas se practican conjuntamente con los âsana.

Restricción sensorial
El pratyâhara se trata de forma superficial en el capítulo cuarto del Gheranda Samhita y consiste en la retirada de la atención sobre los objetos externos. El hecho de que esta práctica se sitúe antes del control de la respiración indica que la respiración yóguica presupone una importante medida de disciplina mental.

Control de la respiración
El control de la respiración (prânâyâma) es una detallada regulación de la fuerza vital (prâna) en sus diferentes formas. Desde el punto de vista del Hatha Yoga, el trabajo del yoga es imposible de llevar a cabo sin el dominio de la fuerza vital por medio de la respiración.
De acuerdo con el Hatha Yoga Pradipika, mientras la respiración (prâna) sea irregular, la mente permanecerá inestable; cuando la respiración se calme, la mente permanecerá inmóvil y el yogui logrará estabilidad. Por consiguiente, se ha de controlar la respiración (con la práctica del prânâyâma) (2.2). Hay vida mientras haya respiración (prâna). Si la respiración (prâna) cesa, el cuerpo muere. Por consiguiente, hay que practicar prânâyâma (2.3). Antes de describir las distintas técnicas de control, el sabio Gheranda acentúa la importancia de una dieta y un entorno adecuados. Entre otras recomendaciones, el yogui debe iniciar estas prácticas en primavera o en otoño, cuando no hace excesivo calor o frío. También se enfatiza la importancia de purificar previamente los conductos sutiles del prâna (nâdi), los canales a lo largo de los cuales fluye la fuerza vital. En el capítulo quinto del Gheranda Samhita se describen ocho tipos de control respiratorio, denominados técnicamente retenciones (kumbhaka). El Hatha Yoga Pradipika también describe ocho técnicas de respiración en su capítulo segundo.

Meditación
En el Hatha Yoga y en el Tantrismo en general, se identifica meditación (dhyâna) con visualización.
El Gheranda Samhita (6.1) habla de tres tipos de dhyâna: o Visualización sobre un objeto tosco (sthûla), por ejemplo la visualización detallada de una deidad; o Visualización sobre un objeto sutil (sûkshma), por ejemplo la visualización de lo Absoluto en la forma de punto original del universo (bindu), tal como lo describe el Tantrismo; o Contemplación de lo Absoluto como luz (jyotish). En los dos últimos casos la atención es sencillamente introvertida sobre la esencia interior (âtman), alcanzando cierto grado de conciencia unitiva. Generalmente, se explica este proceso en términos del despertar de kundalini que, ascendiendo por el canal central (sushumna), se une finalmente con el simismoesencial
en la cima de la cabeza.

Enstasis
La ascensión de kundalini a la cima de la cabeza representa la unión enstática o transcendental (samâdhi) de la conciencia individual del yogui con la conciencia universal, que es el séptimo y último paso del Hatha Yoga. En el Gheranda Samhita (7.34) se describe este paso. Igualmente, en el Hatha
Yoga Pradipika (4.57) se encuentran varias explicaciones útiles. Los estados de samâdhi descritos en estos textos se refieren a los estados superiores de énstasis, es decir, a la realización última o perfecta identidad con la Realidad trascendental. Se trata del nir—vikalpa—samâdhi (énstasis sin forma), sinónimo de la liberación o iluminación espiritual. Por tanto, después del arduo y largo viaje, el Hatha Yoga disfruta de la misma condición de simplicidad máxima a la que aspira también el raja yogui.

Fuente: yoghismo.com

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